Salud y bienestar en
nuestro cuerpo
Para estar saludables
hay que lavarse las manos antes de cada comida, lavarse los dientes después de
cada comida y bañarse tres veces al día por la mañana por la tarde y por la
noche antes de dormir. También para estar saludable hay que comer alimento que
favorezcan a nuestro desarrollo y alimentarse variadamente o balanceadamente,
también cuando ya estamos enfermos tenemos que tomar correctamente los
medicamentos
“La prevención es la mejor receta ante los problemas asociados al calor”.
Beber entre dos y tres litros de agua al día.
Los golpes de calor provocan diversas dolencias, como dolor de cabeza, mareos, vómitos, fatiga y aumento del ritmo cardíaco, generalmente por efecto de la deshidratación. Los médicos recomiendan beber entre dos y tres litros de agua al día. Si se hace deporte o se trabaja al aire libre con temperaturas sofocantes habría que aumentar todavía más la ingesta de líquidos. Asimismo, se recomienda primar el consumo de alimentos ricos en agua, como frutas y verduras. La exposición a los rayos de sol debe producirse progresivamente, teniendo especial cuidado durante el primer día para evitar las quemaduras.
CUIDADOS Y PRECAUCIONES EN VACACIONES
En
los meses de verano son frecuentes las dolencias asociadas al calor, como la
deshidratación, las intoxicaciones por la mala conservación de los alimentos,
que se multiplican por cuatro en esta época del año, o las alergias. Los niños
y las personas mayores son los estratos de la población más vulnerables a estos
efectos de las altas temperaturas, pero si extreman las precauciones podrán
disfrutar plenamente de las vacaciones evitando los problemas para la salud.
Para ello existe unos consejos elaborados por la Organización Mundial de la
Salud (OMS).
“La prevención es la mejor receta ante los problemas asociados al calor”.
Beber entre dos y tres litros de agua al día.
Los golpes de calor provocan diversas dolencias, como dolor de cabeza, mareos, vómitos, fatiga y aumento del ritmo cardíaco, generalmente por efecto de la deshidratación. Los médicos recomiendan beber entre dos y tres litros de agua al día. Si se hace deporte o se trabaja al aire libre con temperaturas sofocantes habría que aumentar todavía más la ingesta de líquidos. Asimismo, se recomienda primar el consumo de alimentos ricos en agua, como frutas y verduras. La exposición a los rayos de sol debe producirse progresivamente, teniendo especial cuidado durante el primer día para evitar las quemaduras.